Cuenta la historia que la corbata la inventaron para el uso de los reyes de la edad media, que para entonces entendian poco de reglas sociales (los ha ahora entienden poco a la sociedad y creen que pueden callar a los de más).
Los reyes medioevales eran dados a las comilonas, circos y orgías. La corbata era la prenda exacta para satisfacer el sedentarismo natural de tales criaturas ampulosas y desbordantes, su uso hacia innecesario llamar al esclavo para retirar el resto de algún pedazo de animal cocido o fruto de la regordeta cara del monarca.
Pero el motivo de estas palabras, es tratar de explicar como aquella prenda que antiguamente la usaban los reyes, hoy la usan los esclav.., perdón, empleados. Pues como habrá notado, todos los empleados del rubro u oficio que usted pueda imaginar, llevan dicha prenda con resignación.
Claro al principio, cuando se ingresa al PEA (Población Económicamente Activa) por primera vez, puede parecer bacán el usar una corbata, más aún si se acompaña de un buen saco. Pero al poco tiempo se acaba el encanto, la alargada prenda se vuelve odiosa, asfixiante, insoportable en los dias de sol y aunque el precio de la corbata ronde los tres digitos, sea de seda o importada, igual estorba como accesorio que es.
Volviendo a lo nuestro, el fondo del tema es como un simple pedazo de tela puede lograr tamaña sumisión: madrugar para trabajar, viajar agachado en una combi para llegar a la hora, trabajar en lo que no le gusta, almorzar en menos de una hora sin derecho a una siesta, abusar del "si, señor", quedarse más alla de la hora de salida, asistir a las reuniones, etc.
Una investigación personal me permitió descubrir lo siguiente: cuando doman al elefante de circo lo hacen desde chiquito y para evitar su libre actuar lo amarran a una estaca con una cuerda, desde entonces el animal desarrolla el instinto para evitar el ajustón de la cuerda cuando trata de ir más alla de donde le permite la cuerda. Cuando el elefante es grande, a pesar que tiene la fuerza para llevarse consigo la estaca y el circo, apenas siente el ajustón de la cuerda desiste fácilmente de ir más alla.
- Martinez, ¿como es eso que quiere aumento?
- Pues, señor Gerente, ya crei que todos estos años ... y, ... según ley ...
- Olvidelo Martinez, los aumentos los doy cuando quiero y no hay ley que contradiga mis deseos... Vaya, vaya, el trabajo espera, ah.... y ajustese bien la corbata.
miércoles, 12 de diciembre de 2007
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